La seguridad vial es el conjunto de normas y acciones que buscan prevenir accidentes de tráfico y proteger a todas las personas que usan las vías públicas, es decir, peatones, ciclistas, motoristas y conductores. Se trata de un tema muy importante porque todos, en algún momento del día, estamos en la calle, ya sea caminando, cruzando un paso de cebra o yendo en coche. Por eso, entender las reglas básicas de circulación es clave para cuidarnos y cuidar a los demás.
En España, como en otros países, existen leyes que indican cómo debemos comportarnos en la carretera o en las ciudades. Estas reglas nos dicen, por ejemplo, cuándo se puede cruzar, qué velocidad está permitida o qué señales de tráfico se deben respetar. A través de semáforos, señales y pasos de peatones, se organiza el tráfico para que todo funcione de forma segura y ordenada. De igual forma, con el paso del tiempo, la tecnología ha empezado a formar parte importante de la seguridad vial.

Hoy en día, algunos ayuntamientos pequeños que no tienen recursos suficientes para vigilar el tráfico por sí mismos, pueden contar con empresas externas como CGI que instalan radares, cámaras de control y otros dispositivos tecnológicos. Estas empresas también ofrecen programas informáticos para la gestión de sanciones municipales, comenzando con la detección de la infracción y finalizando con el cobro de la multa. De esta manera, los pueblos pueden mejorar su seguridad vial sin necesidad de tener una estructura compleja.
¿Por qué son necesarias las normas de tráfico?
Las normas de tráfico existen para evitar situaciones peligrosas y hacer que las calles y carreteras sean más seguras para todos. Si nadie respetara los semáforos o los límites de velocidad, habría muchos más accidentes y atropellos. Las reglas permiten saber cómo actuar en diferentes situaciones, es decir, cuándo frenar, cómo adelantar a otro vehículo o cómo cruzar una calle correctamente.
Los conductores deben seguir una serie de normas como respetar los límites de velocidad, no usar el móvil al volante o llevar puesto el cinturón de seguridad. Los peatones también tienen responsabilidades, como cruzar por los lugares indicados y prestar atención al tráfico. Cada parte debe hacer su parte para que todo funcione bien. La seguridad vial no es solo para los coches, es para todos los que usamos la vía pública.
¿Cómo ayuda la tecnología a mejorar la seguridad vial?

La tecnología ha cambiado mucho la forma en la que se vigila y gestiona la seguridad vial. Antes, todo dependía del trabajo humano, es decir, agentes de policía que ponían multas o vigilaban a pie de calle. Hoy, gracias a herramientas como los radares de velocidad, las cámaras en semáforos o los sensores de paso, es posible detectar infracciones automáticamente y con mayor precisión las 24 horas del día.
Por ejemplo, cuando un coche pasa a gran velocidad por una zona limitada, un radar puede medir su velocidad y tomar una foto de la matrícula. Esta información se envía automáticamente al sistema del ayuntamiento o de la empresa externa encargada de gestionar las sanciones. Lo mismo ocurre con cámaras que detectan si un coche se salta un semáforo en rojo o si alguien aparca donde no debe. La tecnología hace este trabajo más rápido y eficiente.
Las empresas especializadas que trabajan con ayuntamientos pequeños ofrecen un servicio completo, es decir, instalan los dispositivos, mantienen el sistema y proporcionan un software de gestión. Estas empresas de gestión tributaria como CGI ofrecen un software que permite tramitar todo el proceso de la infracción, desde el aviso al conductor, la gestión del expediente y la posibilidad de pagar la sanción.
El papel de los ayuntamientos en la seguridad vial

Los ayuntamientos tienen un papel importante en la seguridad vial, especialmente en las zonas urbanas y rurales. Estas entidades están encargadas de colocar señales, mantener las calles en buen estado y asegurarse de que las normas de tráfico se cumplan. Sin embargo, muchos municipios pequeños en España no cuentan con suficientes recursos humanos o económicos para hacer todo esto de forma eficaz.
En estos casos, una buena solución es recurrir a empresas externas que ayuden a controlar el tráfico mediante sistemas automáticos. Por ejemplo, una empresa como CGI instalaría un radar en una zona escolar para reducir la velocidad de los coches que pasan por allí. También puede colocar cámaras que detecten infracciones como saltarse un semáforo en rojo. Estas medidas ayudan a prevenir accidentes y mejoran la convivencia en la vía pública.
¿Qué dispositivos existen para detectar infracciones?
En general, existen muchos dispositivos tecnológicos que ayudan a detectar infracciones y mejorar la seguridad vial. Uno de los más conocidos son los radares, que miden la velocidad de los vehículos. Si un coche va más rápido de lo permitido, el radar lo detecta y registra automáticamente la infracción con una fotografía de la matrícula. Estos radares pueden estar fijos en un punto o ser móviles, instalados en coches de vigilancia.
Otro dispositivo muy utilizado son las cámaras de semáforo, también conocidas como “foto-rojo”. Estas se colocan en cruces con semáforos y detectan si un coche pasa en rojo. En ese caso, hacen una foto y registran la falta. También existen lectores de matrícula que controlan accesos a zonas limitadas, sensores de ocupación para saber si un coche está mal aparcado o dispositivos de control de peso, muy útiles en zonas rurales con paso de vehículos pesados.
Todas estas tecnologías forman parte de un sistema más amplio que funciona gracias al software que ofrecen empresas externas especializadas. Este software permite que la información captada por los dispositivos llegue de inmediato al sistema del ayuntamiento, donde se puede tramitar la multa sin intervención manual. De esta forma, se gana en velocidad, eficiencia y transparencia, facilitando a los pequeños municipios mantener un entorno seguro para sus vecinos.