¡Buen día, mis pequeños y pequeñitas! Espero que todos estén llenos de alegría el día de hoy. ¿Están listos para escuchar una historia? ¡Sí! Pues voy a contarles una historia muy especial que nos enseña sobre el amor y el perdón. Esta historia se llama «La parábola del hijo pródigo».
Una familia muy especial
Había una vez, en un lugar lejano, un papá con dos hijos. Uno de los hijos, el más joven, un día le dijo a su papá: «Papito, quiero que me des mi parte de la herencia ahora mismo». Es como si uno de ustedes, niñitos, le dijera a su mamá o papá: «Quiero mis juguetes o mi dulce ahora, no quiero esperar». Bueno, el papá, muy triste pero respetando la decisión de su hijo, le dio el dinero.
El hijo joven, con mucho entusiasmo, se fue a un lugar muy lejos de su casa, donde no conocía a nadie. Ahí gastó todo su dinero en fiestas, dulces y juguetes, como cuando nosotros niños y niñas nos emocionamos y gastamos nuestras monedas en chucherías.
El regreso del hijo
Pero luego, pequeñitos, algo malo sucedió. Se acabó el dinero del hijo y ya no tenía para comprar comida. En ese punto, se encontraba muy triste y solo, y decidió trabajar alimentando cerditos. ¿Se imaginan, mis niños obedientes, cuidando cerditos y sin nada de comer? Así estaba él. Y mientras veía a los cerditos comer, él sentía mucha hambre y quería comerse la comida de los cerditos. ¡Qué triste!
En ese momento, el hijo pensó: «En la casa de mi papito, todos tienen comida y están felices. Yo aquí, tan lejos, estoy muy triste y hambriento. Voy a regresar a casa y pedirle perdón a mi papá por haberme ido». Así que, con el corazón apachurrado, emprendió el viaje de regreso a casa. Ahora, amiguitos y amiguitas, imaginen lo que pasó cuando el papá vio a lo lejos a su hijo regresando. ¿Creen que se enojó? ¿Creen que no lo quiso recibir? ¡Pues no! El papá, al ver a su hijo, corrió hacia él, lo abrazó muy fuerte y le dio muchos besitos. Le dijo: «Hijo mío, te extrañé mucho y estoy tan feliz de que hayas regresado».
El hijo, con lágrimas en los ojitos, le dijo: «Papito, lo siento mucho, me porté mal y ahora quiero estar contigo». El papá, con una gran sonrisa, le respondió: «No importa lo que hayas hecho, siempre serás mi hijo y te amaré».
¿Qué aprendimos de la historia, niñitos lindos?
Esta historia, queridos niñitos y niñitas, nos enseña que el amor de un papá o una mamá es muy grande. Aunque cometamos errores o hagamos travesuras, siempre estarán ahí para abrazarnos y decirnos que nos aman.
Como cuando olvidas ordenar tus juguetitos y mamá o papá te piden que lo hagas; luego, cuando lo haces, te dan un abrazo y un besito por ser obediente. Por eso, mis niños, siempre recuerden pedir perdón cuando cometemos un error y valorar todo el amor que nuestros papás nos dan. Y cuando alguien les pida perdón, sean como el papá de la historia y abracen con mucho amor.
Bueno, mis pequeñitos de la casa, espero que hayan disfrutado de esta historia y que la guarden en sus corazones. ¡Hasta la próxima aventura juntos! ¡Los quiero mucho!
Tarea sobre el hijo pródigo para niños de preescolar
¡Qué buena idea abordar la parábola del hijo pródigo con niños de preescolar! Aquí te dejo algunas actividades adecuadas para esa edad, que ayudarán a reforzar el mensaje y a que los pequeños internalicen la historia:
- Dibujo de la historia:
Pide a los niños que dibujen su escena favorita de la historia. Puede ser el hijo pidiendo el dinero, el hijo gastándolo todo, trabajando con los cerditos o el feliz reencuentro con su padre. - Teatro de sombras:
Con la ayuda de cartulinas y palitos, crea siluetas de los personajes. Luego, con una lámpara y una sábana blanca, narra la historia mientras los niños mueven las siluetas, creando un teatro de sombras. - Collage de sentimientos:
Provee revistas, tijeras, pegamento y cartulina. Pide a los niños que recorten caritas que muestren cómo se sintió el hijo pródigo en diferentes momentos de la historia (feliz, triste, arrepentido) y que las peguen en la cartulina. - Danza del reencuentro:
Pon música alegre y pide a los niños que se imaginen cómo fue el baile que hicieron el padre y el hijo al reencontrarse. Anímales a bailar y expresar su alegría. - Actividad de abrazos:
Enséñales la importancia del abrazo en la historia. Pide a los niños que practiquen dándose abrazos entre ellos (siempre respetando las normas de distancia o protocolos si los hay). - Pegatinas o stickers de la parábola:
Si tienes pegatinas relacionadas con la historia (como cerditos, monedas, casas), pídeles que las coloquen en una hoja dibujando el contexto adecuado para cada una. - Libro de la historia:
Proporciona varias hojas de papel y ayúdales a crear un pequeño libro donde puedan dibujar y escribir (o tú puedes escribir por ellos) las partes principales de la historia. - Juego de roles:
Divide a los niños en grupos y déjales actuar diferentes partes de la historia. Pueden intercambiar roles y aprenderse las partes del hijo, del padre y del hermano mayor. - Collar de cuentas:
Usando cuentas de colores, haz que los niños creen un collar que cuente la historia. Por ejemplo: una cuenta dorada para la herencia, una roja para el tiempo de diversión del hijo, una gris para cuando se quedó sin nada, una verde para su tiempo con los cerditos y una azul para el regreso y el perdón. - Reflexión con plastilina:
Ofrece a los niños plastilina de diferentes colores y pídeles que moldeen algo que les haya llamado la atención de la historia o cómo se sintieron al escucharla.
Recuerda siempre concluir con una breve reflexión sobre lo que aprendieron y cómo pueden aplicar la moraleja de la historia en su vida diaria. ¡Diviértete y aprende junto a ellos!