Los arcoíris son uno de los espectáculos más bonitos que podemos ver en la naturaleza. A veces aparecen después de que llueve y llenan el cielo de colores pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo se forman? Aunque parezcan mágicos, en realidad tienen una explicación muy interesante que mezcla luz, agua y ciencia. Aprender sobre los arcoíris nos ayuda a entender un poco más el mundo que nos rodea.
Para entender los arcoíris, primero debemos saber que la luz del sol es muy especial, pues aunque a simple vista parece blanca, en realidad está formada por muchos colores que se mezclan. Estos colores se pueden separar cuando la luz pasa a través de algo que la descomponga, como las gotas de lluvia, de hecho, es algo similar a lo que sucede cuando usamos un prisma de cristal.
En este artículo, vamos a explorar paso a paso por qué se forman los arcoíris con una explicación infantil, para entender cómo se forman y la explicación científica detrás de este hermoso fenómeno. En ese sentido, vamos a descubrir por qué siempre tienen los mismos colores, cómo las gotas de agua juegan un papel importante y qué necesitamos para que aparezcan. Al final, entenderemos por qué estos hermosos colores solo aparecen en momentos especiales y cómo podemos encontrarlos en el cielo.
La luz del sol y sus colores

La luz que viene del sol no tiene un solo color, aunque parezca blanca, pero la realidad es que está formada por todos los colores que ves en un arcoíris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Estos colores están escondidos dentro de la luz blanca y solo podemos verlos si algo los separa, lo que sucede específicamente cuando la luz entra en una gota de agua. Al pasar por la gota, la luz cambia de dirección y se divide en diferentes colores.
El proceso que explica lo anterior se llama refracción. Cada color se dobla de una forma distinta, por eso se separan, por ejemplo, el rojo no se dobla igual que el violeta, y así es como se forman las bandas de colores que vemos en un arcoíris. Este fenómeno también puede ocurrir con otros objetos que descomponen la luz, como un prisma de cristal o incluso las burbujas de jabón. Pero en la naturaleza, las gotas de lluvia son las que se encargan de crear los arcoíris.
Las gotas de lluvia y el reflejo
En el momento en que llueve y el sol está brillando, las gotas de agua en el aire actúan como pequeños espejos. Después de que la luz entra en la gota y se divide, los colores rebotan en el interior de dicha gota, formando un proceso que se denomina “reflexión”. Al reflejarse, la luz sale de la gota en ángulos específicos. Estos ángulos hacen que los colores se organicen en un orden muy claro, siempre con el rojo arriba y el violeta abajo.
En ese sentido, cada vez que vemos un arcoíris, los colores están en el mismo orden. Sin embargo, algo que es importante mencionar, es que las gotas deben tener el tamaño adecuado para que este proceso funcione bien. Si son demasiado pequeñas o grandes, el arcoíris puede no verse tan claro. Adicional a esto, se necesitan muchas gotas juntas para que los colores sean brillantes y visibles.
¿Dónde y cómo buscar un arcoíris?

Los arcoíris solo aparecen cuando hay sol y lluvia al mismo tiempo, lo que significa que el sol debe estar en una parte del cielo y las gotas de lluvia en otra. Si estás de espaldas al sol y miras hacia la lluvia, tienes más probabilidades de ver un arcoíris. El mejor momento para buscar un arcoíris es justo después de que termina de llover, cuando el cielo comienza a despejarse.
En el caso de que el sol esté muy alto en el cielo, es más difícil que aparezca un arcoíris. Sin embargo, si está cerca del horizonte, las condiciones son perfectas para que se forme. En algunas ocasiones, cuando hay muchas gotas y las condiciones son ideales, es posible ver un arcoíris doble. Esto ocurre porque la luz se refleja dos veces dentro de las gotas de agua, creando un segundo arco más débil y con los colores en orden inverso.
¿Por qué siempre tienen los mismos colores?
El orden de los colores en un arcoíris nunca cambia porque depende de cómo se dobla cada color dentro de la gota de agua. El rojo, por ejemplo, se dobla menos que el violeta, por eso siempre está en la parte superior. Cada color en el arcoíris tiene una longitud de onda diferente. El rojo tiene la longitud de onda más larga y el violeta la más corta.
Las longitudes de onda del arcoíris determinan cómo se comportan los colores cuando pasan a través de las gotas de lluvia. Aunque no podamos cambiar el orden de los colores, cada arcoíris es único. Su forma, tamaño y brillo dependen de cómo está el sol, cuántas gotas hay en el aire y dónde está la persona que lo está mirando. Esto hace que cada arcoíris sea especial y diferente de los demás.
Curiosidades sobre los arcoíris
A continuación te compartimos algunas curiosidades sobre los arcoíris que seguramente te sorprenderán:
- Arcoíris dobles: A veces, además del arcoíris principal, aparece un segundo arco más tenue con los colores invertidos.
- Arcoíris nocturnos: Aunque son raros, los arcoíris también pueden formarse de noche si la luz de la luna es lo suficientemente brillante.
- Arcoíris circulares: Desde un avión o una montaña alta, podrías ver un arcoíris completo en forma de círculo.
- No puedes alcanzarlos: Los arcoíris no tienen una ubicación fija; se forman en el cielo dependiendo de dónde está el observador y las gotas de lluvia.
Así que la próxima vez que veas un arcoíris, recuerda toda la ciencia que hay detrás de este maravilloso fenómeno. ¡Y no olvides buscarlo cuando salga el sol después de la lluvia!