Por Qué Algunos Animales Cambian De Color

¿Por qué algunos animales cambian de color?: Explicación para niños

Los animales pueden tener habilidades sorprendentes, y una de las más llamativas es la capacidad de cambiar de color. En la naturaleza, algunos seres vivos pueden modificar su apariencia dependiendo del lugar donde están o la situación específica en la que se encuentren. Este fenómeno puede verse en algunos insectos, peces, reptiles e incluso en ciertos mamíferos marinos, pero, ¿por qué ocurre esto? Para entenderlo mejor, hay que conocer las razones por las que los animales desarrollaron esta habilidad y cómo funciona su piel o su cuerpo para lograrlo.

Uno de los motivos principales por los que los animales cambian de color es la necesidad de protegerse de los depredadores, puesto que, en la naturaleza, los seres vivos buscan formas de esconderse y evitar ser vistos por otros animales que podrían hacerles daño y cambiar de color ayuda a muchos a mezclarse con su entorno, volviéndose casi invisibles. También hay quienes lo hacen para comunicarse entre ellos, mostrar estados de ánimo o incluso adaptarse a cambios de temperatura debido a los climas extremos que se experimentan en sus ecosistemas particulares.

El cambio de color en los animales se da de diferentes maneras, dependiendo de la especie, pues algunos tienen células especiales en la piel que pueden reflejar la luz y modificar su apariencia rápidamente. Otros lo hacen de manera más lenta, como los que mudan de pelaje según la estación del año. En este artículo, vamos a aprender por qué algunos animales cambian de color con una explicación para niños, para conocer las razones más importantes por las que algunos animales usan esta habilidad y cómo logran hacerlo.

Camuflaje para esconderse

El camuflaje es una de las principales razones por las que algunos animales cambian de color, ya que muchas especies utilizan esta habilidad para confundirse con su entorno y evitar ser vistas por los depredadores. Esto sucede en diferentes tipos de hábitats, como en el mar, en los bosques o en el desierto, cada animal se adapta a las condiciones en la que vive.

Por ejemplo, los camaleones pueden ajustar su color según el lugar donde están, ya que si se encuentran sobre hojas verdes, su piel se vuelve de un tono similar para que puedan pasar desapercibidos y evitar riesgos o peligros. En el agua, algunos peces como el pez plano cambian su color para igualar el fondo marino y evitar ser descubiertos. Esta técnica les permite sobrevivir y reducir el riesgo de ser atacados por otros animales depredadores.

Comunicar mensajes a otros animales

Algunos animales utilizan el cambio de color para enviar señales a los demás, siendo este un mecanismo especial que les ayuda a expresar emociones, advertir de peligros o indicar su estado de salud. En este sentido, algunas especies se especializan en la comunicación con los de su misma especie, pero otros pueden transmitir estos mensajes a otras especies diferentes.

Un ejemplo de esto es el pulpo, que puede cambiar de color cuando se siente amenazado, incluso si un depredador se acerca, su piel se oscurece o se llena de patrones llamativos para ahuyentar al enemigo. En este sentido, también hay ranas y serpientes con colores brillantes que avisan a otros animales de que son venenosas, utilizando esta habilidad especial como un claro signo de advertencia. En algunas especies, el cambio de color es una forma de atraer pareja, como ocurre con ciertos peces y lagartos que se vuelven más vistosos en épocas de reproducción para atraer un posible compañero y preservar la especie.

Adaptación a la temperatura

Otros animales cambian de color dependiendo de la temperatura del ambiente, lo cual les permite mantener su cuerpo a la temperatura adecuada sin gastar demasiada energía. Esta habilidad resulta conveniente en ambientes sumamente hostiles, como pueden ser los desiertos con altas temperaturas, donde los animales no se pueden dar el lujo de gastar energía.

Un caso interesante es el de los insectos, como ciertas mariposas, que se oscurecen en las mañanas frías para absorber más calor del sol. En cambio, cuando hace mucho calor, aclaran su color para reflejar la luz y mantenerse frescas. Algo similar sucede con los lagartos, que cambian de color según la temperatura para regular su calor corporal. Este mecanismo es una estrategia muy útil para adaptarse a diferentes climas sin la necesidad de moverse a otro lugar.

Cambio de color por las estaciones

Existen una gran variedad de especies que cambian su color según la estación del año, lo cual ocurre, sobre todo, en animales que viven en zonas donde hay cambios drásticos entre el verano y el invierno. Un buen ejemplo es el zorro ártico, cuyo pelaje es marrón en verano y se vuelve blanco en invierno, un cambio que lo ayuda a camuflarse en la nieve y seguir cazando sin ser detectado.

Otro caso de un animal que cambia su color según la estación del año, es el de la liebre ártica, ya que estos también mudan su pelaje para confundirse con el paisaje nevado. Este proceso no ocurre de inmediato, sino que toma varias semanas para que su cuerpo se adapte a la nueva temporada, pero es una técnica de supervivencia que demuestra lo complejo y especial que puede llegar a ser el mundo animal.